La mitra papal con cruz de tres brazos transversales, de tamaño decreciente, en lo alto de la torre de la Iglesia de San Pedro, es uno de los mayores atractivos del edificio a nuestra vista. Lo mismo ocurre con los dos niveles de balaustradas, también en la torre, rematados con las imágenes de San Pedro y San Pablo. En la fachada predomina el estilo barroco.
En el interior del monumento el protagonista es el techo de la sacristía. Revestida de madera tallada, tiene un color natural y es, en términos artísticos, una de las mejores del país. Ya la talla dorada embellece el altar mayor, de una sola nave, cubierta por bóveda de crucería de estuco y cubierta, en la base, con azulejos.
San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan encarnan a los evangelistas representados en el altar mayor, mientras que, en las capillas laterales, vemos a San Martín y a Nuestra Señora de la Concepción.
Edificada sobre la antigua ermita de San Martiño, la Iglesia de San Pedro fue terminada en 1727.