Construido en un terreno propiedad del Monasterio Benedictino de Castro avellanas y para el convento de monjas Claras, el tiempo sería entregado a los sacerdotes de la Compañía de Jesús en 1562, donde en las instalaciones auxiliares, fundó un colegio. La iglesia, de una sola nave, refleja las reformas hechas por los jesuitas (XVII y XVIII) e intervenciones de 1768, en la asignación de funciones catedralícias al templo. el altar mayor cuenta con estilo nacional dorada; balaustrada del coro es del siglo. XVIII. Vale la pena visitar atento a Sacristía del siglo. XVII y la belleza de la decoración, la riqueza de las pinturas en el techo con paneles (que narra la vida de San Ignacio ). También el claustro merecen una atención especial.