Símbolo del poder del consejo, se encuentra en el Largo de São Tiago, donde había una iglesia con este nombre. Se ubicaba junto a la “Domus Municipalis”, edificio con el que quedaría alineado, dada su relación con el poder municipal. Puede haber sido en este cambio que se encastró en una cerda de piedra.
El monumento se compone así de dos piezas diferenciadas, dos elementos bien separados en el tiempo: la propia picota (columna de fuste liso y corona) y la figura protohistórica zoomorfa, uno verraco conocido popularmente como la «porca da vila» (cerda del pueblo).
El resultado de esta unión es un conjunto anacrónico, pero original y de gran valor simbólico.