Los orígenes ancestrales de esta ciudad costera se remontan al Castro de S. João Baptista, donde se fundó en 1318 el Monasterio de Santa Clara, monumento que es uno de los ex libris de Vila do Conde. La visita de D. Manuel a Vila do Conde, en peregrinación a Santiago de Compostela, en 1502, sería muy significativa para esa localidad, ya que dio el impulso necesario para la construcción de la Igreja Maior, la Praza Nova y los Pazos do Concello.
Durante el siglo XVI, Vila do Conde alcanzó su apogeo comercial y marítimo con la construcción naval, muy ligada a los Descubrimientos, cuya tradición perdura hasta nuestros días. El mar siempre ha influido en la vida de la población de este lugar, inspirando incluso los motivos del famoso encaje de bolillo, que tiene una tradición centenaria.