La iglesia de São Vicente de Sousa aún conserva gran parte de su programa constructivo de la Edad Media, donde no podemos dejar de destacar el arcosolio del siglo XII, la portada occidental y la base del campanario, donde aún podemos admirar una bella portada de esa época.
Las inscripciones exteriores marcan todos sus momentos y vivencias, desde la Edad Media hasta la Edad Moderna. La inscripción sobre la construcción del arcosolio, la inscripción que conmemora la advocación caracterizan su construcción y evolución en la Edad Media, mientras que la inscripción en el muro sur indica el eventual patrocinador de las renovaciones en la Edad Moderna.
La austeridad exterior de la construcción de piedra se ve interrumpida por la belleza de los ornamentos de la puerta occidental y su fachada. En el interior, son los retablos de los altares y el artesonado pintado los que más impresionan, por la belleza e iconografía que representan.
Esta iglesia está clasificada como Monumento Nacional desde el 29 de septiembre de 1977.