A principios del siglo XV, D. Afonso, VIII Conde de Barcelos y futuro I Duque de Bragança, inició la construcción de una sofisticada villa urbana en Barcelos. La Torre Porta Nova es la única de las tres puertas principales de la muralla que aún existe. En 1926 fue clasificado como Monumento Nacional. Tras una renovación entre 2010 y 2013, la torre adquirió nuevas funciones culturales, educativas y turísticas, convirtiéndose en uno de los espacios patrimoniales más visitados de la región. En 2014 recibió el primer premio “Municipio más Accesible” en la categoría Ocio/Patrimonio/Turismo, otorgado por el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). El mirador de la torre ofrece una vista impresionante sobre el centro histórico de Barcelos, el río Cávado y el Monte da Franqueira.