En lo más alto de la villa de Viana do Bolo se conservan los restos de una fortaleza medieval en forma de torre de homenaje.

Es sin duda el eje en torno al cual gira Viana. Fernando II reedificó la fortaleza en el 1180 tras las esporádicas incursiones de los árabes. Durante las guerras carlistas el castillo fue aspillerado para vigilar a las partidas que merodeaban la zona.

Fue en el s. XVIII cuando se derribó buena parte de la muralla exterior del castillo, quedando la torre como cárcel de la villa.

Actualmente solo se conserva la Torre del Homenaje, que fué declarada Monumento Histórico-Artístico el 22 de abril de 1949.

En la Torre del Homenaje se ubica el Museo Etnográfico de Viana do Bolo, en el que se puede contemplar una amplia representación de la cultura popular tradicional de estas tierras. Sus fondos se distribuyen en varias secciones: La arquitectura popular, el hogar y la vida doméstica, las técnicas agrícolas y ganaderas y por último, la artesanía y los oficios tradicionales. En la planta baja está ubicada una pequeña pinacoteca con cuadros de pintores como Nelson Zumel y Sofía García Mares.