Allí se encuentra la Oficina de Información Turística, fruto de la rehabilitación y adecuación de las antiguas caballerizas de la Casa do Arco y donde se puede recoger toda la información necesaria para descubrir Guimarães.
Se trata de una plaza muy antigua, mencionada a lo largo del tiempo en diversos documentos. También conserva el diseño medieval, con fachadas rehabilitadas, que respetan los materiales de construcción tradicionales, decoradas con coloridas jardineras y ropa al sol. La arquitectura tradicional de las fachadas de las casas de los siglos XVII y XVIII es el elemento más fascinante, huella de los trabajos de rehabilitación urbana realizados a lo largo de los años por el Ayuntamiento de Guimarães.
Según la tradición, una imagen de la Virgen Santa María fue traída a Guimarães por el apóstol Santiago, y colocada en un templo pagano en una plaza que pasó a llamarse Praça de S. Tiago.
Cerca se establecieron los francos, que llegaron a Portugal en compañía del conde D. Henrique, padre de D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal. En el suelo de la Plaza se puede leer la frase en latín “Ad vos homines qui venistis populare in Vimaranes et ad illos qui ibi habitare volerint”, frase extraída de la Carta Foral del Conde D. Henrique (1096), que significa: “A ustedes, hombres que vinieron a poblar Guimarães y a los que quieren vivir aquí”.
Más abajo también se demarca el lugar, donde había una capilla dedicada al apóstol Santiago, que formaba parte del recorrido del Camino de Santiago de Compostela y que fue derribada en el siglo XIX.
En un extremo de la Plaza encontramos un bonito palacio con barandilla, conocido como Casa de Santiago, que data del siglo XVIII y recientemente rehabilitado por el Ayuntamiento.
La Praça de S. Tiago es un lugar de visita obligada, donde podrás almorzar o cenar o simplemente tomar un descanso durante tu visita al Centro Histórico, en una de las numerosas terrazas, aprovechando para admirar las casas.
En los días soleados, a partir del final de la tarde, las terrazas de la Praça de S. Tiago se transforman en un animado lugar de encuentro para locales y visitantes.