Monumento singular y aún enigmático de arquitectura románico civil, es un ejemplo arquitectónico de la Baja Edad Media y único en la Península Ibérica.
La designación de «Domus Municipalis» sólo aparece en el siglo XIX. Su construcción data, muy probablemente, del primer tercio del siglo XV, y puede haber coincidido con la construcción del castillo. La “Domus” se compone de dos cuerpos (espacios) distintos. Los nombres primitivos “cisterna” y “sala de agua”, documentados a partir de 1446, indican que los objetivos que presidieron la construcción habrían sido de orden utilitario. Incorpora una buena cisterna para almacenar agua de lluvia y manantiales. El extradós de la bóveda de cañón, que recubre la cisterna, forma el suelo enlosado del salón. Es este espacio arquitectónico superior, formado por el salón fenestrado, el que da originalidad al edificio. Si no podemos concluir que esta «parte aérea» fue construida para servir específicamente como Paços do Concelho (Casa Consistorial), no podemos descartar la posibilidad de que el «salón» se utilizara, una vez terminado, para celebrar reuniones de los » hombres buenos».
Sabemos que a principios del siglo XVI se produjo la municipalización efectiva de la “Domus”, como lo demuestra un documento de 1503.