El hermoso claustro de San Francisco, joya del gótico gallego, testimonia la existencia de un antiguo convento en la parte alta de Ourense, en la ladera de Montealegre. Se fundó en el siglo XIV, después del incendio que arrasó con el primer convento franciscano de la ciudad, en la actual Plaza del Corregidor. La orden permaneció aquí hasta el siglo XIX.

En 1843 el antiguo convento se transforma en cuartel de infantería, que se mantendría activo hasta 1984. El cambio de usos desencadena numerosas reformas. La más significativa fue, en 1928, el traslado de cabecera y fachada de la iglesia hasta el Parque de San Lázaro, donde se mantiene hasta hoy. El claustro, abierto a visitas, quedó así huérfano.

Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1923, el Claustro de San Francisco ha sobrevivido a su azarosa historia conservando prácticamente intacta la belleza de sus 63 arcos, todos decorados con motivos vegetales, animales (reales y fantásticos) y humanos esculpidos en la piedra. Aunque se considera un claro ejemplo de gótico gallego, la influencia románica está muy presente.