Una cocina sin aceite de oliva es inimaginable.
El aceite de oliva de Trás-os-Montes, elaborado a partir de aceitunas Verdeal Transmontana, Madural, Santulhana, Cobrançosa y Cordovil, aporta un toque de sabor único. El aceite de oliva, del cuenco sobre la mesa para hacer “sopa” con pan, pasando por todas las etapas de una comida, llega hasta el postre, que puede ser un pudín de textura delicada. Este aceite de oliva es de color amarillo verdoso, con olor y sabor a fruta fresca, en ocasiones almendrado y con una notable sensación de dulzor, verde, amargo y picante.
Los ancestros se dieron cuenta de que el aceite de oliva, además de sus múltiples usos, también permitía enriquecer y prolongar la vida de las masas, desde la bola sovada hasta los diversos folares de Semana Santa. Y el mejor ejemplo de la energía de este recetario es que no solo se come en Semana Santa, sino que se ha convertido en un producto omnipresente.