La torre y Fortaleza de O Castro, que ya contaba con la protección genérica de los castillos españoles del año 1949 y que fue declarada Bien de Interés Cultural ( B.I. C.) el 17/11/1994 con la categoría de Monumento, año en que fue donada al Ayuntamiento de O Barco de Valdeorras.

Se trata de una construcción medieval del siglo XIV que sufrió destrucciones y reconstrucciones parciales, posiblemente derivadas de las revueltas irmandiñas, pasando a finales del siglo XV a ser propiedad de los condes de Rivadavia. Sufrió nuevas reformas en el siglo XVIII para su uso como cárcel. Tras la supresión de los señoríos en el siglo XIX, quedó desatendida, llegando a un estado de abandono y ruina.

En el año 2010, el Ayuntamiento de O Barco inició los trámites ante el Ministerio de Fomento para la rehabilitación del monumento, con cargo al 1% Cultural. Conseguida su aprobación por este organismo, las obras quedaron concluidas en el año 2013 con un presupuesto de cerca de 600.000€, y con diversos campos de actuación:

Las excavaciones arqueológicas que se hicieron en el entorno de la torre descubrieron los orígenes bimilenarios de O Castro: un grupo de cabañas que se superponen en el tiempo, apareciendo bases de las primeras chozas prerromanas de paja-barro y posteriores construcciones de piedra circulares y rectangulares, que responden a las dos fases de ocupación romana, (siglo I-II D. C. e III-IV D. C), siendo sobrepasadas posteriormente por construcciones medievales y el propio castillo.

Se consolidó la torre medieval, manteniendo su carácter romántico de ruina, investigando en sus muros las diferentes fases y técnicas constructivas empleadas, y dejando a la vista las referencias históricas de todos los descubrimientos. El edificio se completó con una escalera metálica de diseño actual, alternada con diferentes terrazas, que permiten tanto la contemplación de la torre como las vistas del entorno.

La actuación se integra en la trama del pueblo, completándose con la urbanización de los accesos, la consolidación de una cueva bajo el camino y la creación de una plaza junto a la torre donde se representa la huella arqueológica del castro romano, formando un espacio público de gran armonía que se convierte en un espectáculo con la iluminación nocturna. El conjunto puede visitarse sin necesidad de guía, dado que cuenta con una serie de paneles explicativos, que informan de las características del monumento.

El edificio constituye la cumbre paisajística del conjunto de O Castro, y se puede observar en diferentes itinerarios peatonales desde O Córrego, Outarelo, Xagoaza y Tremiñá.