Con orígenes que se remontan al siglo XV, quizá incluso antes, el Caldo Verde es típico del Minho y se elabora con col rizada, muy típica en Portugal. Es una sopa destinada a saciar a la población, especialmente en las noches frías y en las fiestas del Minho.

El Caldo Verde se presenta típicamente en un cuenco de barro, con col cortada en tiras finas, patatas y, el ex-libris, una rodaja de chorizo, que sólo se añade cuando la sopa ya está servida en el cuenco.

El Caldo Verde suele acompañarse de pan de maíz y un buen vino.