Guimarães se enorgullece de la riqueza de su patrimonio construido, en particular del Centro Histórico, reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Este nivel de excelencia está estrechamente relacionado con el patrimonio inmaterial, el legado cultural, siendo la Gastronomía Tradicional un elemento llamativo y diferenciador, con métodos de cocina específicos que favorecen el uso de ingredientes locales.
El Convento de Santa Clara de Guimarães no era sólo una casa de reclusión, sino también un centro de creación y confección de dulces de alta calidad. Dos razones de peso contribuyeron a ello. La primera fue de supervivencia: los escasos ingresos no bastaban para hacer frente a los gastos y, para resolver este problema, las monjas utilizaron sus habilidades como confiteras para vender sus productos a familias adineradas. El segundo era de carácter práctico: había que deshacerse de las yemas sobrantes de las claras de huevo utilizadas en el almidón con el que se planchaban los hábitos.
En 1724, el arzobispo de Braga «ordenó que cada una de las monjas no hiciera más de 9 arrobas de mermelada al año» porque las religiosas descuidaban sus obligaciones espirituales. Tras la extinción de los conventos en 1834, en el marco de la «Reforma Eclesiástica General» emprendida por el Ministro y Secretario de Estado, las criadas seculares volvieron a sus casas y se llevaron consigo las recetas de las tartas.
Hemos tenido noticias de un sinfín de recetas originales, pero siempre se mantuvieron en secreto y nunca se pusieron por escrito. Muchos de los dulces que figuran en los documentos no tienen receta. Algunas han llegado hasta nosotros, como el Tocino de Cielo y las Tortas de Guimarães, dos de las especialidades que todo el mundo reconoce de la ciudad.
Los dulces conventuales se elaboran con tres ingredientes: azúcar, yemas de huevo y almendras.
En cuanto a los postres, aunque lo más destacado son sin duda los dulces conventuales artesanales que se pueden saborear en el centro de la ciudad, Guimarães cuenta con muchas otras delicias, como las Brisas, las Douradinhas y los tradicionales dulces navideños.