CÓMO NACIERON LAS «TRIPAS AOS MOLHOS»
«Oye Fernanda, tú que tienes un restaurante, ¿quieres llevar las tripas y probar a cocinarlas?» La sugerencia se la dio una cuñada, propietaria de una carnicería. Fernanda aceptó la oferta y probó a envolver los callos y las tripas de la vaca, partes que hasta entonces no se utilizaban, con jamón y perejil. Un feliz accidente. Así nacieron las famosas Tripas aos Molhos, el plato más característico del Restaurante Chaxoila, en Vila Real, y cuya receta empezó a ser replicada por otros restaurantes, convirtiéndose, en poco tiempo, en una de las mayores especialidades de la capital transmontana. Los callos se lavan muy bien, con agua hirviendo, y se pasan muchas veces por agua fría y limón para borrar cualquier sabor desagradable. Lo mismo se hace con el estómago de la vaca. Luego, corta los callos en cuadritos y añade trozos de jamón, del grosor de un dedo, y una pequeña cantidad de perejil. Se enrolla todo con la tripa fina, finalizando con un lazo. Déjalas cocer un par de horas, para que queden suaves y sabrosas.