Barcelos es la sede de un municipio extenso, situado en el norte del país, bañado por el río Cávado, en el corazón del Minho. Es una ciudad famosa por sus productos artesanales y cuna del Gallo de Barcelos, símbolo nacional.
Las raíces de Barcelos se remontan a tiempos prehistóricos, pero su parte urbana se desarrolló a partir de mediados del siglo XII, después de la carta de foral otorgada por el rey D. Afonso I, que testimoniaba la importancia estratégica de la localidad en la comunicación entre la costa y el interior.
Durante siglos fue un importante centro medieval, vinculado a las peregrinaciones jacobeas, siendo aún una etapa fundamental en el Camino Portugués. Tierra de historia rica y fuertes tradiciones, es poseedora de un importante patrimonio histórico, visible en el conjunto notable al entrar en la ciudad por el puente medieval.
Barcelos es reconocida mundialmente por la cerámica y la figuración, y fue integrada por la UNESCO en 2017 en la Red Mundial de Ciudades Creativas, en las áreas de la artesanía y el arte popular.