Si hay una ciudad antigua con historia esa es Lugo, fundada por los romanos con el nombre de Lucus Augusti (el bosque sagrado de Augusto). Situada sobre un cerro con el río Miño de fondo, está rodeada por una Muralla Romana, la mejor conservada de la Península, a lo largo de la cual se puede pasear y ver todos los lugares emblemáticos de la ciudad.

Pasear por él es como si las piedras te hablaran y te contaran las historias de los lucenses. Desde ella se puede contemplar la Catedral, cuya construcción duró más de un siglo y que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto con la muralla. En el museo provincial se puede visitar una importante colección de arte sacro, utensilios de cocina tradicionales gallegos, mosaicos y una destacada colección de orfebrería. Además de la tradicional fiesta de la ciudad, San Froilán, a mediados de junio se celebra una fiesta romana, Arde Lucus, en la que durante tres días la vida de la ciudad se mezcla con los combates de gladiadores, el mercado romano y el circo, mientras las niñas y los niños podrán convertirse en legionarios romanos o recrear la vida en un campamento.