Se trata de las fiestas patronales por excelencia de la villa de Foz, cuya población se multiplica en agosto gracias a la afluencia de viajeros que hacen escala en la localidad y que acuden a este multitudinario encuentro amenizado por orquestas, pasacalles, batucadas y grupos folclóricos y durante el cual tiene lugar una feria de muestras y un torneo de fútbol.
Está declarada Fiesta de Interés Turístico de Galicia.