En el extremo sur de Largo do Toural comienza la Alameda de São Dâmaso, que se extiende hasta la Avenida da República do Brasil, conocida por los lugareños como Campo da Feira.

Al inicio de esta Alameda, en el lado izquierdo, se puede ver una parte de la muralla, correspondiente a la antigua Torre de la Alfândega, cuya función era reforzar la defensa de la villa de Guimarães.
El nombre proviene del hecho de que, en sus inmediaciones, se construyó el edificio de la Aduana de Guimarães. Prácticamente olvidado hasta 1934, fue posteriormente restaurado, añadiéndole algunas hileras de piedras y almenas para formar las almenas de la antigua Torre.
A partir de los años 1960 del siglo XX, la Torre de la Alfândega adquirió un simbolismo particular, con la colocación de la inscripción “Aqui Nasceu Portugal”, en la cara exterior del muro.
Esta inscripción hace referencia a los acontecimientos ocurridos aquí, que contribuyeron a la fundación de la nacionalidad portuguesa, desde la Batalla de S. Mamede, el 24 de junio de 1128, que culminó con el reconocimiento de D. Afonso Henriques como Primer Rey de Portugal.
La antigua torre se encuentra actualmente en obras de restauración y estará abierta al público para permitir su acceso a la cúspide.

La Alameda de S. Dâmaso tiene un jardín central con bancos, ideal para tomar un descanso a la sombra de los frondosos árboles o simplemente quedarse allí y contemplar la vida cotidiana de la ciudad. Es un espacio social de vida por excelencia, que adquiere un nuevo escenario cada estación del año, con árboles desnudos en invierno, que dejan entrar la luz del sol, y llenos de fresca sombra en verano.

El jardín cuenta con un hermoso quiosco de música, que aún hoy se utiliza, especialmente, para espectáculos musicales, y dos figuras esculpidas en bronce: el “Fauno” y la “Rapariguinha”, obras del notable escultor António Ferreira de Azevedo.

En la última parte del jardín, vemos el monumento en honor a Gil Vicente, nacido en Guimarães a mediados del siglo XV, considerado el primer gran dramaturgo portugués, además de un reconocido poeta, conocido a nivel nacional como “el padre del teatro portugués”. El monumento, titulado «500 años de teatro portugués», diseñado por la escultora Irene Vilar, fue inaugurado en 2003 y presenta siete máscaras que evocan representaciones dramáticas, expuestas en dos estantes.