Bajo la dirección de diversos arquitectos e ingenieros militares se construye en el s. XVIII el Arsenal de Ferrol, que se convierte en una de las empresas más difíciles de la España de la Ilustración y que vinculará a la ciudad desde entonces con los vaivenes de la construcción naval y las complejas decisiones del Estado.
Por sus funciones militar e industrial, el Arsenal se divide en dos: el Arsenal del Parque, parte occidental, y el Arsenal de los Diques, ambos con sendas puertas monumentales. En el interior del recinto destacan: la Sala de Armas, cerrada por el norte por el Cuartel de Instrucción; el Dique de la Campana (s. XIX) que fue uno de los diques más grandes del mundo en su época; el Edificio de Herrerías que acoge el Museo de la Construcción Naval; el Museo Naval y la Biblioteca de la Zona Marítima del Cantábrico, instalados en la antigua carcel de San Carpio.
El Arsenal está declarado Bien de Interés Cultural.