Comenzó a ser conocido en el año 1810 tras ser incluido en el Diccionario Nomenclador de Villaroel y, posteriormente, por Sebastián de Miñano en 1826. Su uso se remonta a la época romana y desde la Edad Media perteneció a los monjes de la Monasterio de Oseira que lo obtuvo en 1162. Después de ser confiscado por el Gobierno en 1836, ha sido propiedad privada desde su confiscación. Tiene 3 manantiales que brotan a 34º, 31º y 21,1º. Sus aguas están declaradas de utilidad pública desde 1929 y son sulfuradas de sodio de poca mineralización, indicadas para procesos reumáticos y afecciones respiratorias y otorrinolaringológicas. Se considera el más antiguo de Galicia, pero en la actualidad la construcción es completamente nueva.