En la capilla de Santa Cristina, en cuyo atrio se encuentra uno de los dos bellos quioscos, no sólo se practica el culto a Santa Cristina, de procedencia medieval, sino también el de Santo Ovídio, ambos con celebraciones el primer domingo de septiembre.
Según la tradición oral, que parece ser cierta, el atrio y el interior de la capilla sirvieron de cementerio, en la época en que Santa Cristina era parroquia.