Es lo que hace latir el corazón de Amarante con historia y grandeza. Ubicado en el centro de la ciudad, el Convento de San Gonçalo te invita a hacer una pausa: detente unos minutos y contempla este espacio de referencia local, que también es monumento nacional desde 1910.
La primera piedra se colocó en 1543, curiosamente, en el mismo lugar donde ya se había construido una ermita en honor al patrón del municipio, São Gonçalo.
La construcción duró 80 años, pasando por varios reinados y recogiendo – en las distintas etapas de construcción – influencias de diversos estilos arquitectónicos. La riqueza y diversidad del convento se encuentran en rasgos renacentistas, manieristas, barrocos y del siglo XIX.
La fachada principal contrasta con la lateral, que se impone por el hermoso portal-retablo y la Varanda dos Reis, donde se pueden ver las estatuas de cuatro monarcas: D. João III, D. Sebastião, Cardenal-Rey D. Henrique y D. . Filipe I. En la planta inferior, el protagonismo lo asumen San Francisco y San Domingos.
El segundo piso sorprende por el estilo manierista. Entre las seis columnas con capiteles corintios que sostienen el suelo, vemos la imagen, en piedra, de San Gonçalo. Un perfecto puente de tres arcos con almenas forma la base.
Adjunto a la iglesia hay un museo: el Museo Municipal Amadeo de Souza-Cardoso.