Instalación artística ambiental multimedia compuesta por ocho módulos de hierro policromado, que funcionan como un conjunto musical generativo y abierto, que evoca la lectura de los sonidos que distinguen el territorio. Con un ADN marcadamente industrial, los módulos, rigurosamente nivelados, contradicen la organicidad del paisaje, al mismo tiempo que, dándonos la sensación de estar suspendidos, formulan la hipótesis de una relación de equilibrio y belleza entre la intervención humana y la naturaleza. La iluminación de cada uno de los módulos irradia un color rojo que sugiere el fuego, elemento que sumamos a la tierra, el aire y el agua del lugar de implementación. La alineación de los ocho módulos (número mágico del infinito) también se encuentra con los vértices del Fuerte São João Batista, un edificio patrimonial que hace referencia al tiempo y al espacio. La obra fue diseñada para integrarse con los conceptos del proyecto Esposende SmartCity.