Junto al Convento de San Gonçalo, fue construido la Iglesia de San Domingos en 1725 por la Orden Tercera de Santo Domingo para dedicar un lugar a Nuestro Señor de los Dolores, cuya imagen embellece el interior del monumento.

La fachada, de estilo barroco, llama la atención por las armas dominicanas rematadas en el tímpano, pero es la suntuosa decoración con talla dorada, en el interior, la que ilumina nuestra mirada.

La imagen de Cristo Crucificado – Nuestro Señor de los Afligidos -, en pasta de papel policromada, junto a Nuestra Señora, San Juan Evangelista y Santa María Magdalena (en madera recubierta de oro y policromía) enmarcan el altar mayor.

Destacan también dos serafines-luminarias (del siglo XVIII) junto al arco que delimita la capilla mayor.

Junto a la iglesia, hay otro espacio que merece una visita cercana: el Museo de Arte Sacro.