Cuando la naturaleza nos llama a olvidar el cansancio de los días, el Parque Natural de Montesinho es el destino perfecto, con uno de los espacios naturales protegidos más grandes de Portugal.
Sus colinas redondeadas, los valles encajados de los ríos Sabor, Maçãs y Baceiro, las marismas y bosques de encinas y una cadena rocosa única, permiten, desde lo alto de una roca, ampliar el horizonte y ampliar el paisaje.
Los senderos señalizados para caminar también son una excelente manera de entrar en contacto con esta biodiversidad y registrar en fotografía momentos inolvidables.
El Parque Natural de Montesinho contiene el 80% de los mamíferos de Portugal y tiene una fauna muy rica (240 especies de vertebrados, de las cuales 150 son aves, también nutrias, lobos, ciervos y corzos) y una flora muy distinta a lo largo de las cuatro estaciones del año.
Se convierte así en un ejemplo de conservación de la biodiversidad y del paisaje.
Hay una variedad de opciones diversas, que van desde rutas de senderismo y ciclismo de montaña, hasta paseos a caballo o acampadas.
Durante el mes de septiembre se hace casi obligatorio escuchar el rebuzno de los ciervos (llamado de los machos para apareamiento ) y su movimiento en grupo.