La playa de Apúlia, hoy en día, se conoce principalmente como zona de verano. Sin embargo, la bahía, dadas sus buenas condiciones naturales, ha sido aprovechada desde la presencia romana en la Península. Cuando ir a las playas a bañarse se convirtió en parte de la vida cotidiana, la playa de Apúlia ganó fama por los altos niveles de yodo registrados. Actualmente, debido a la excelencia de la bahía, la playa de Apúlia sigue siendo una invitación para pasar unas vacaciones frente al Atlántico.

Los molinos de viento de esta playa son una de las razones interesantes para visitarla. Son molinos construidos en granito y esquisto, de planta circular y forma cónica, para aprovechar al máximo el viento disponible. Actualmente estos molinos han perdido su función original.

En Apulia, además de la sal y el pescado, la exploración de sargazo fue una de las actividades agromarítimas más importantes. Testimonio de una época en la que la recolección de este producto era una tarea importante son las tiendas de campaña, instaladas directamente sobre la duna, y donde se guardaban las herramientas de recolección. El sargazo, recolectado desde junio hasta finales de año y secado al sol, se utilizaba como abono orgánico para la tierra.