Encrucijada de caminos más que plaza, aquí se celebró durante siglos el mercado de utensilios de labranza, quincalla y potes, costumbre que acabó dando nombre a este rincón. Aquí desemboca la calle Santo Domingo, de animada vida comercial, y comienzan las de «Os Viños», la zona de tapeo por excelencia de Ourense.

De planta casi triangular, está centrada por una hermosa fuente que decoraba, antes de la Desamortización, el patio del monasterio de San Esteban de Ribas de Sil (hoy parador nacional).

Rodean la plaza por el oeste soportales y construcciones del siglo XV y, enfrente, el magnífico palacio que construyó a comienzos del s. XVI don Juan Fernández de Boan y Landecho, cuyas armas lucen en la fachada.