Caminar por el Centro Histórico lleno de calles y callejones es sinónimo de sumergirse en la historia en cada rincón. Un ejemplo de ello es la Rua de Santa Maria, de origen medieval, y una de las calles más antiguas de Guimarães, que jugó un papel importante, debido a que su trazado servía como vía de comunicación entre Vila do Castelo y Vila del Monasterio.

Estuvo habitada durante siglos por nobles y clérigos, lo que la convirtió en una calle de élite en la época medieval.

A lo largo de su recorrido encontramos varios testimonios arquitectónicos de su pasado: el Convento de Santa Clara, la Casa do Arco, la Casa dos Peixotos y la Casa Gótica dos Valadares, y muchos otros que le dan identidad y características propias en la ciudad de Guimarães.

La Casa do Arco es una de las casas más fotografiadas, cuya construcción se inició a finales del siglo XIII. Allí vivieron varias familias ilustres y por allí pasaron varios personajes, como el rey D. Manuel I y el príncipe D. Miguel y el pintor Auguste Roquemont.

La calle es completamente peatonal, por lo que podrás caminar tranquilamente y fotografiar las fachadas de las casas blasonadas, los balcones de hierro forjado y los balcones de madera tallada, decorados con jarrones, entre muchos otros detalles.

En las pequeñas panaderías de la calle podrás probar dulces conventuales hechos a mano y comprar en las diversas tiendas de artesanía que aparecen a lo largo del camino.