Su fundación aparece rodeada de varias leyendas relacionadas, incluso, con Bernardo de Carpio (siglo IX). Fue construido sobre un antiguo castro, Su construcción se inicia hacia los siglos XI o XII con el objetivo de vigilar la Lagoa de Antela.

Formaba parte de las cuatro fortificaciones que protegían la Laguna de Antela (A Pena, Sandiás, Celme y Porqueira).

En el s. XII ya es escenario de las luchas con Portugal por el establecimiento de la frontera. En 1368 fue asaltada por el duque Lancaster cuando pretendía el trono de Castilla. También los Irmandiños entraron y prendieron fuego en el castillo.

Fue posesión del conde de Benavente, del marqués de Viana y, finalmente, de la casa de Santana y Monterrei. Contaba además de sótano, con 3 pisos y terraza superior.

Hoy, sólo queda parte de la torre de homenaje en la que se pueden admirar los muros de casi cuatro metros de grosor.
Actualmente está en ruinas.