1907. Afonso rehace su vida en una isla tropical africana como médico de una plantación, donde tiene que curar a un grupo de criados «infectados» por el Banzo, la nostalgia de los esclavizados. Mueren por docenas, por inanición o suicidio. Por miedo al contagio, el grupo es enviado a una colina lluviosa, rodeada de bosque. Allí, Afonso intenta curar a los siervos, pero su incapacidad para comprender lo que ocurre en sus almas resulta ser más fuerte que todas las soluciones.